sábado, 19 de julio de 2014

Aeroruta L980 -De Amsterdam a Kuala Lumpur, vuelo sin destino.


   Son los países los que tienen la potestad de abrir o cerrar su espacio aéreo.


   Es una decisión soberana en la que nadie, salvo los propios gobiernos, puede inmiscuirse, sí presionar.

   Los organismos internacionales deberán tramitar, o no, los planes de vuelo de las aerolíneas en función a esa voluntad estatal de apertura aérea.

   El nivel de vuelo 330 es el que las entidades competentes consideran óptimo (10.000 m/h) para casos en los que un avión navegue con la suficiente seguridad en caso de guerra ya que a esa altura es imposible una colisión  con los misiles de corto alcance, los más habituales en disturbios graves.

   La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) están vinculadas al ejercicio de la industria aérea en todos sus aspectos, en base a convenios y tratados internacionales.

      Si un país mantiene su espacio aéreo abierto sufriendo un conflicto bélico o escalada armada, deberá asumir siempre cualquiera de las consecuencias, por dramáticas que sean, en caso de acciones militares o de otra índole que pongan en más que serio peligro la vida de las personas y la integridad de una aeronave volando en estándares homologados.

   "Si la aeroruta está abierta, asumes que el estado la da por segura. Si está cerrada, buscas alternativas" -IATA

jueves, 17 de julio de 2014

Afganistan - De Kabul a Nangarhar, un paseo entre militares y talibanes en la zona más peligrosa del mundo.

Guil Bahaadar llega en un vuelo de Turkish Airlines a Afganistan, después de tres años sin ver a su familia, gentes humildes de un montañoso pueblo de economía  agropecuaria, ricos cultivos y casas de adobe.

Los rebaños se diseminan desde Kabul hacia las cumbres de Nangarhar y el calor es sofocante, imposible respirar salvo que hayas vivido mucho tiempo en la zona.

Nangarhar pertenece a la misma provincia que le da nombre y fue uno de los reductos donde se cree tuvo su refugio Bin Laden, en un país con una tasa de mortandad cercana a los cincuenta años, de extrema pobreza.

El 60% del cultivo mundial de adormidera tiene lugar en estos paisajes que limitan con Pakistan.

"Los talibanes ya se fueron".

La aparente normalidad se ve truncada por diferentes puestos fronterizos de los ejércitos extranjeros en "misiones internacionales"  pero también, por algunos  grupos armados de talibanes que detienen a  los vehículos que transitan.

Caras silenciosas, rostros enjutos, silencio sepulcral en cada control.

Yo le pregunto a Guil, "cómo te identificas ante la presencia talibán".

Muy resuelto me contesta: "ya saben quién soy".

Estupefacto me explica que diciendo la población en la que vive y el apellido de su familia, los controles de talibanes le estrechan la mano, le dan la bienvenida e incluso le comentan que todos los suyos se encuentran bien.

Muy buenas noticias para Guil ya que Nangarhar podría ser clasificada como uno de los focos más activos en estallidos y brotes de violencia.

El vehículo serpentea por carreteras imposibles, excavadas en la roca y flaqueadas por impresionantes precipicios hasta llegar a su destino, donde le esperan todos los suyos con expectación.


Ante esta realidad, uno se plantea si las fronteras son tan líquidas como creemos y que aún coexisten culturas ancestrales que se basan en otros parámetros identificativos, quizás más humanos, pese a la intransigencia de sus posiciones, del todo integristas y totalmente reprobables.